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Cuando tropiezas con tu lengua

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Una dama entró a un restaurante y ordenó que le prepararan, para llevar, dos carnes asadas, una con pimienta verde, y la otra con pimienta roja.

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Quince minutos más tarde, cuando le entregaron el pedido y lo revisó, estalló la Tercera Guerra Mundial. La mujer se fue, lanza en ristre, contra las meseras, pues habían puesto pimienta verde en los dos platos.

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Mientras les profería todo tipo de insultos sobre su condición de extranjeras y su supuesta incompetencia, insistía en que en aquel país no tenían el derecho de equivocarse, que tenían que aprender a hacer todo bien, a la primera.

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Las pobres meseras, por todos lo medios, trataban de calmar a la furiosa mujer; pero era en vano. Ella seguía gritándoles que debían hacer las cosas bien a la primera.

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Pero la vida nunca se queda con nada; cuando quiso girar para marcharse del lugar, la mujer tropezó con sus propios pies y acabó yéndose de bruces contra el suelo, ante la risa generalizada de los allí presentes. 

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Cuenterourbano

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