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Medellín Zombie city


 

Nadie se podía salvar… las hordas eran tantas y tan numerosas que resultaba imposible eludir el ataque. Seis o siete se lanzaban a la vez en contra de los desdichados que pasaban por el lugar mientras que a lo lejos se podía ver el resplandor siniestro de los incendios y se respiraba humo al compás de las lejanas sirenas.

 

Por un momento creí que estaba en un sueño o en Racoon City, pero no; estaba desde la ventana del hotel viendo hacia el Parque de Botero durante los motines del 28 de abril.

Cuenterourbano

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