top of page

Diez manzanas al infierno

​

 

 

Diez manzanas separaban la escuela de la casa de Aldous... Fueron las diez manzanas más largas de toda su vida. La nota en su cuaderno, firmada por el maestro, pesaba como un ancla en el ánimo del chiquillo.

 

La pelea con Jacob en el patio había pasado al olvido, pero durante el camino a casa no podía pensar en otra cosa que no fuera la reacción de su padre al leer el llamado por el incidente.

 

Mientras atravesaba el parque, vio en su mente como papá lo miraba con desaprobación "que vergüenza, llamado a la escuela por tus peleas" La desolación sacó lágrimas de sus ojos.

 

Un fuerte temblor lo sacudió al pensar que tal vez, papá lo dejaría encerrado en la habitación todo el fin de semana. ¿Qué tal si papá se llenaba de rabia y lo castigaba con la correa? Tanto miedo sentía que decidió no llegar a casa... No se sentía capaz de mirar al rostro de papá; tal vez era lo mejor, desterrarse para evitar el oprobio de su amado padre.

 

Ya era de noche cuando papá encontró a Aldous sentado en una banca, tiritando de frío. Cuando el niño quiso pedir perdón por lo que había pasado, papá lo abrazó tiernamente y dijo: "ya lo supe, el padre de Jacob me llamó para ofrecer disculpas por su hijo, mañana hablaré con el maestro y asunto arreglado... En cuanto a ti, mí amado hijo: JAMAS CREAS, NI POR UN INSTANTE, QUE TUS FALTAS SON MOTIVO PARA QUE ME AVERGÜENCE DE TI, TE APARTE DE MI LADO O TE CASTIGUE". 

​

Te amo y se que aprenderás, con el tiempo, a resolver mejor tus problemas.

Cuenterourbano

bottom of page