top of page

El tren de las seis

 

 

Se conocieron en una parada del tren cuando ella le preguntó:

Malena: ¿Tarda mucho el expreso al norte?

Camilo: Llegará dentro de seis minutos.

 

Pasados los seis minutos mencionados, el tren llegó puntual. Al abrirse las puertas, un rio humano los empujó dentro, con violencia.

 

Él en un impulso de cortesía la abrazó en actitud protectora; ella, sin decir nada, le dejó hacer.

 

El monótono vaivén del vagón y los estrujones de aquella hora pico hicieron que esta pareja de extraños iniciara un baile, sin saberlo.

 

Él se sentía un poco avergonzado, quiso soltarla pero una señora obesa los obligó a estrecharse aún más.

La muchacha sonrió apenada, sin embargo, el calor de ese caballero le resultaba acogedor.

 

Mientras el tren avanzaba en su metálico beso a los rieles, ellos silenciosamente pensaban e utopías de citas, llamadas, puestas de sol, noches apasionadas y futuros compartidos.

 

Para no hacer más incómoda la situación en la que se encontraban, camilo quiso decir su nombre… Pero en ese instante el tren de su amor silente se detuvo.

 

Malena esbozó una sonrisa cortés mientras salía del vagón de la vida de aquel joven.

 

 

Sobra decir que jamás volvieron a verse.

Cuenterourbano

bottom of page