top of page

Todo era mentira

 

 

Luego de muchos años trabajando intensamente, el predicador falleció.

Al entrar en el cielo se sintió satisfecho, pues era lo que esperaba por tantas almas a las que había ayudado a salvarse.

 

Mientras caminaba por el lugar, la sonrisa se le cayó del rostro cuando, sobre una nube, vio en una animada charla a varios de sus más enconados detractores, junto a un par de rastafaris, un anciano sacerdote, e incluso entre los que escuchaban estaba su primo, de quien se avergonzaba, por ser homosexual.

 

Indignado y lleno de curiosidad fue hasta el mismísimo Dios y le preguntó por qué esas personas, impías y equivocadas en su opinión, estaban allí.

 

El Padre se quedó mirándolo con toda la fuerza del universo, y tiernamente le respondió: "Todos me hacen la misma pregunta, te diré por qué estás TU aquí: siempre quisiste estar cerca de mí, pero en algún momento me perdiste de vista. Y por el miedo que sentías acabaste pensando que debías tenerme miedo en lugar de amarme.

No contento con tu miedo te dedicaste a hacer que muchos otros me temieran con tus discursos y fantasías".

Confundido, el hombre se justificó en lo que decían los libros, la justicia y otras cosas; a lo que el CREADOR respondió: "Si todo lo que dijiste fuera cierto, TU MISMO serías el menos bienvenido aquí.

 

La buena noticia es que a pesar de todas las calumnias que levantaste en mi contra, nunca dejé de amarte y cuidarte.

 

Espero que acá aprendas del amor que no quisiste gozar en la Tierra".

Cuenterourbano

Juan Guillermo Vargas
MMXVII
bottom of page